En cambio nos encantan las positivas…
El ser humano es así, nos guste o no. Nos duele lo malo y adoramos lo bueno.
Bueno, igual yo no, porque me incomoda un poco escuchar cosas buenas de mi 🤭
Suelo valorar los sitios que visito, ya sea un espacio publico, un restaurante o cualquier otro tipo de negocio.
Y suelo ser crítico, que no es lo mismo que negativo. Y me gusta ver como responden los propietarios.
La mayoría agradecen las cosas buenas y prometen mejorar las que no lo son tanto.
Pero hay un pequeño grupo de personas que niegan las realidades, discuten con el cliente y llegan a responder con cosas un tanto absurdas para justificar sus errores.🤷
Por ejemplo, esta semana tuve u experiencia parcialmente negativa (ojo… valorada con un 3 sobre 5).
La primera por la diferencia de precio de un café normal a un café con leche☕. La respuesta del negocio fue a la defensiva, diciendo que el café era de comercio justo y que además, costaba el doble en Madrid.
Dos cosas, yo no pedí ese café en Madrid y no valoraba el precio del café, sino el incremento por la leche.
Seguramente no vuelva, pero tampoco creo que les importe, total, tienen muchos clientes y yo no soy de los habituales.
Seguramente no siguió leyendo cuando decía lo mucho que me gustó la bica que acompañaba al café o la amabilidad del servicio.
Se quedó solo con lo malo y no como oportunidad de mejora, sino como si fuera un ataque directo.
No estoy en posesión de la verdad absoluta, pero soy cliente y no escucharme no es un problema, pero si no escuchas a tus clientes, tus clientes te cambiarán por alguien que sí les escuche.💯