America Latina

Las oportunidades de America Latina

La situación de pandemia global, ha resultado paradójica. Por un lado, nos ha hecho alejarnos a todos un poco de quienes teníamos a nuestro lado: nuestras familias, nuestros vecinos, nuestros compañeros de trabajo, … pero ha roto las grandes distancias. Algunos, que ya llevábamos algunos años trabajando en remoto, no notamos grandes cambios. Nuestra vida siguió casi igual. Y digo casi, porque el cambio vino por parte de aquellas personas que comenzaron a teletrabajar. España se unió con Argentina y Argentina con Mexico de una forma que nunca antes podíamos haber imaginado.

Comenzamos a colaborar juntos, desde distintos países. Eso a nivel informático no ha supuesto una gran novedad, ya llevábamos años usando las intervenciones en remoto y el email, muchos más. Pero abrió la mente de muchos otros profesionales que comenzaron a demandar servicios más allá de límite que establecía su municipio y entorno. Logramos romper una barrera en la mente. Logramos hacer ver que trabajar en remoto era posible, que no había más limitaciones que las que nos pusiéramos nosotros mismos.

Llegando a nuevos clientes

En mi caso personal, he pasado en poco más de un año de no tener ningún cliente a más de cien kilómetros de mi oficina a tenerlos todos a más de mil.

Realizar desarrollos complejos para un cliente que demanda servicios remotos requiere de una mayor organización y una mayor seguridad de la información. La API web sin estado (stateless) nos han servido para ofrecer a los clientes unas funcionalidades más seguras. Hemos tenido que hacer lo mismo que con nuestra oficina, cerrarnos. Y cerrarnos pasa por utilizar comunicaciones seguras y protocolos de transferencia de información que aseguren la veracidad del interlocutor.

Stateless

Las API stateless nos proporcionan dos ventajas. Por un lado, nos habituamos a trabajar de modo seguro en cualquier acceso a información del servidor, al tener que implementar tokens y claves de un sólo uso, lo que logramos es una mayor seguridad en el acceso a datos además de una mayor velocidad.

Internet ya no es aquel caballo viejo de los noventa, plagado de html inmantenible. Ahora tenemos, incluso desde dispositivos móviles, mucha más velocidad de transferencia de datos que la que tenía cualquier servidor de hace veinte años. Y debemos aprovecharla para hacer viajar un poco más de información que nos aligere el procesamiento en el servidor. O dicho de otra forma, perder en transferencia y ganar en eficiencia.

Y ganamos en eficiencia cuando logramos un código único que funcione correctamente para múltiples países. Nuestro mercado se amplía así de unos cuantos cientos de posibles clientes a millones. Pero esto es un arma de doble filo, puesto que nuestro clientes tradicionales también se verán tentados por otros proveedores situados a miles de kilómetros.

El idioma

Cada vez va siendo mas común poder ofrecer un mismo servicio a múltiples países, porque además de la moneda y la hora, pocas diferencias tenemos… ¿El idioma? Y porqué no hacer del idioma una fortaleza. Con un internet cada vez más angloparlante, surgen los nichos de mercado para clientes que demanda sus servicios en su propio idioma. Porque no nos engañemos, todos los latinos hablamos bien en español, pero sólo unos pocos nos podemos desenvolver con soltura en inglés.

Es la lengua de casi quinientos millones de personas de más de veinte países y eso lo sitúa por delante del inglés.

Con el segundo mercado por volumen de potenciales usuarios como aliciente, debemos comenzar a pensar en español y trabajar en español. Es cierto que durante muchos años, todavía utilizaremos el inglés para todos los temas técnicos o tecnológicos, pero nuestros desarrollos deben empezar a utilizar ese gran mercado que es el mundo latino, ofreciendo microservicios en español.

Desarrollando nuestras aplicaciones en base a microservicios publicados en API stateless logramos esa especialización que la globalización nos demanda optimizando o adaptando los servicios a las necesidades locales de cada ubicación. Solamente necesitamos saber el país de consumo del dato para ofrecerlo traducido y con la lógica funcional que requiera.

A modo de ejemplo: la mayor parte de los lectores de estas palabras, tendrán conocimientos fiscales para saber cómo se debe liquidar el IVA/VAT de sus productos en su país… pero, ¿también lo sabrán hacer en Buenos Aires, Medellín o Tenerife? Un microservicio sí lo puede hacer… y en milisegundos.

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