Asi, en general y no solamente al espacio físico que nos acompañó durante nuestra infancia.
Parece que llega septiembre, dejamos a nuestros hijos aprendiendo, nos apuntamos a cursos y actividades y la rueda vuelve a girar.
Agosto suele ser el mes de la falta de decisión en las empresas porque siempre falta alguien para firmar o validar.
Pero ya están todos de vuelta, ya no hay excusa.
Ahora empiezan las prisas por finalizar en tiempo los proyectos y consumir el presupuesto excedente.
Es tiempo de nuevas contrataciones (atentos los #junior) y de hacer esos pequeños evolutivos que se quedaron en el tintero años atrás.
Y por qué no, comenzar nuevas aventuras.
Sobre mi mesa tengo mas de una docena de nuevas propuestas y sé que solamente una o dos se materializarán en algo tangible. Que tengan éxito o no, ya es otro asunto…
Y la verdad es que no sé por qué dos apostar. ¿Cómo lo haceis vosotros? ¿Riesgo o seguridad?